El 1 de mayo de 1915 el barco de pasajeros Lusitania partía del muelle de Nueva York; probablemente ninguno de los casi 2000 pasajeros era consciente de la tragedia pero 6 días más tarde, el 7 de mayo, un submarino alemán torpedeaba el Lusitania causando 1198 víctimas. Entre éstas había más de 100 pasajeros norteamericanos y el presidente Wilson advirtió a Alemania de que otra acción similar implicaría la participación en la guerra de parte de los aliados, exigiendo además que en adelante los submarinos emergieran antes de atacar para evitar dirigir sus torpedos contra navíos civiles, lo cual restaba operatividad a los famosos U-Boat.
Meses más tarde, el ministro alemán de exteriores Arthur Zimmermann enviaba un telegrama a su embajador en EEUU para que a su vez lo remitiera a su homólogo en Mexico. En este telegrama informaba de que retomaban las operaciones submarinas sin ningún tipo de restricción y pedían la colaboración de México, en caso de que EEUU no se mantuviese neutral, a cambio de reconquistar Nuevo Mexico, Texas y Arizona.
El telegrama Zimmermann fue interceptado y descifrado por la habitación 40, que era como se conocía al departamento de criptografía del gobierno británico. La filtración y difusión del mensaje provocó que los americanos interviniesen en el conflicto debilitando las fuerzas alemanas y acelerando así el final de la I Guerra Mundial.
En junio de 1918 las tropa alemanas se disponían a entrar en París pero los franceses también consiguieron descifrar las claves que les permitieron interceptar los mensajes cifrados de los alemanes. La técnica para cifra los mensajes, similar a la descubierta por los chicos de la habitación 40, era un proceso de sustitución de letras y transposición. Vamos a diseñar el cifrado FDIEGO de la siguiente forma: se construye una tabla de 6x6, distribuyendo de forma aleatoria las 26 letras del abecedario y los 10 primeros números naturales de forma que cada letra y cada número vienen identificados por la fila y la columna de la celda correspondiente.
F
|
D
|
I
|
E
|
G
|
O
|
|
F
|
M
|
J
|
H
|
Q
|
O
|
1
|
D
|
0
|
A
|
2
|
N
|
E
|
P
|
I
|
F
|
L
|
3
|
R
|
S
|
9
|
E
|
K
|
C
|
U
|
B
|
T
|
G
|
G
|
X
|
D
|
8
|
4
|
5
|
Z
|
O
|
V
|
7
|
W
|
I
|
Y
|
6
|
Por ejemplo la letra U se corresponde con la combinación EI y el número 9 sería IO. Si queremos cifrar el mensaje
convivamosenpaz
solo tenemos que ver a qué fila y columna corresponde cada letra y nos queda
EDFGDEOFOEOFDDFFFGIGDGDEDODDGO.
Una vez que hemos hecho la sustitución de las letras realizamos el proceso de transposición: elegimos una palabra clave, por ejemplo TADEO y vamos colocando las letras del mensaje cifrado en filas:
T
|
A
|
D
|
E
|
O
|
E
|
D
|
F
|
G
|
D
|
E
|
O
|
F
|
O
|
E
|
O
|
F
|
D
|
D
|
F
|
F
|
F
|
G
|
I
|
G
|
D
|
G
|
D
|
E
|
D
|
O
|
D
|
D
|
G
|
O
|
Una vez que hemos rellenado la tabla reordenamos las columnas, por ejemplo por orden alfabético.
A
|
D
|
E
|
O
|
T
|
D
|
F
|
G
|
D
|
E
|
O
|
F
|
O
|
E
|
E
|
F
|
D
|
D
|
F
|
O
|
F
|
G
|
I
|
G
|
F
|
G
|
D
|
E
|
D
|
D
|
D
|
D
|
G
|
O
|
O
|
y nos queda el mensaje definitivamente cifrado:
DFGDEOFOEEFDDFOFGIGFGDEDDDDGOO
Para recuperar el mensaje original solo tenemos que conocer la palabra que da el cifrado inicial y la palabra clave.
Años más tarde, en 1939, durante la II guerra mundial, uno de los más brillantes matemáticos, Alan Turing, profesor en Cambridge, se incorporó a un equipo de análisis criptográfico con el objetivo de descifrar los mensajes que el ejército nazi mandaba a diario usando la maquina ENIGMA, un aparato parecido a una maquina que podía cifrar un texto usando más de diez mil billones de combinaciones distintas. Turing y su equipo fueron capaces de construir otra máquina que llamaron COLOSSUS, y que fue el primer prototipo de ordenador moderno. Este episodio se relata en la película de Morten Tyldum The Imitation Game (descifrando enigma) de 2014, y fue decisivo para acelerar el final de la guerra y probablemente supuso algún cambio en el curso de la historia. De nuevo las matemáticas se ponían al servicio de la sociedad y de la libertad, aunque no siempre ha sido así.
Ya Voltaire hablaba de la tendencia del ser humano a guerrear, pero "menos mal que con los rifles no se matan las palabras" (Fito Cabrales y Manolo Chinato).